“Una velada de transformismo y glamour: Manel Dalgó en La Mariqueen”
Anoche, La Mariqueen se vistió de gala para recibir a Manel Dalgó, que brilló con un espectáculo lleno de arte, emoción y elegancia. Pero no estuvo solo: lo acompañaron Miss Claudia Suárez y el artista cubano Kany La Patrona— quienes aportaron su propio carisma y talento a una noche que ya de por sí prometía ser inolvidable, y lo fue.
El resultado: una velada de glamour y espectáculo que convirtió La Mariqueen en el epicentro de la vida nocturna de Madrid. Con permiso del resto salas de la capital.
Desde la entrada, el ambiente era eléctrico. Luces de colores, público expectante y una energía especial que llenaba la sala. La decoración estaba a la altura: un escenario elegante, con el toque cabaretero que caracteriza a La Mariqueen, preparado para recibir lo que sería una auténtica fiesta de transformismo de alto nivel.
Manel Dalgó abrió la noche con fuerza, con un primer número enérgico que puso al público en pie.
A la magia del escenario se sumó la presencia de un público lleno de caras conocidas que hicieron de la noche algo aún más especial, entre otras:
Anne Marie Rosier, actriz y vedette que compartió durante muchos años escenario con Lina Morgan.
Mista Studio, del estudio de fotografía.
Supremme de Luxe, presentadora de Drag Race España, cuya maquilladora oficial es Miss Claudia Suárez.
Fidel Rodríguez, propietario de Funny Boys, ese maravilloso local en el Yumbo de Las Palmas de Gran Canaria.
Juan Dresán, director de Rumore-Rumore, acompañado de parte de su equipo.
Una auténtica pasarela de talento y referentes de la escena nocturna, que aplaudieron y disfrutaron cada número como el resto del público.
Los tres artistas llenaron el escenario de elegancia, glamour y saber estar. Y saber estar a la altura de las grandes transformistas internacionales. El cuidado vestuario, peluquería y maquillaje fueron nuestra admiración. Pocos espectáculos de estás características, por desgracia se ven hoy en día en Madrid. Algo que echamos mucho en falta.
Los guiños de humor y cercanía que hicieron que el público riera y se sentía parte del show. Fue tal la complicidad con el público que nos sentimos tan a gusto como en el sofá de casa.
El cierre, con ovación de pie y un ambiente de celebración que se prolongó mucho después de que se apagaran las luces del escenario.
Lo de anoche no fue solo un espectáculo: fue una reunión de talentos y una celebración del transformismo como arte, transformismo elegante que tanto se echa en falta en los tiempos que corren. No quiero olvidarme de los dos bailarines espectáculares que abrieron el show con hermosas mochilas de plumas y que fueron el centro de muchas miradas.
Una noche de esas que recuerdan que el transformismo está más vivo que nunca, que sigue vivo, que debe seguir vivo y que gracias a estos maravillosos artistas nunca morirá por muchas modas nuevas que haya. Gracias Manel y equipo por regalarnos tanto arte.Juan Dresán
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